Hoy queremos terminar la semana con una boda que nos hace especial ilusión, la boda de Bego y Mariano. Fueron muchos meses de preparativos, muchas tardes juntos y ver que después de pasado un tiempo se acuerdan de nosotros y quieren compartir las fotos de su boda con nosotros es algo que nos encanta y nos llena de ilusión 😉
La ceremonia se ofició en Talavera de donde son los novios, y para la celebración de la boda se trasladaron después al Cigarral del Ángel Custodio en Toledo.
Las flores de la boda fueron una vez más obra de Búcaro, mientras que de la decoración y organización se encargo L’artelier.
El estilo que desde un primer momento tuvieron claro tanto Bego como Mariano, es que querían una boda rústica con aire granjero, ya que a ambos les encanta el campo y también sus vidas profesionales están muy ligadas a él, puesto que Begoña es veterinaria y Mariano ganadero.
Para la recepción de invitados montamos un corner rústico con alpacas de paja, palets, lecheras, cubos de latón con paniculata…
En este corner, Mariano y Begoña fueron saludando a cada uno de los invitados a su llegada a la finca, mientras los asistentes les daban sus felicitaciones y mejores deseos tras la ceremonia.
Como bienvenida montamos esta barra de limonada, para que los invitados se refrescasen del duro sol de medio día de Toledo en Septiembre.
El Protocolo o seatingchart donde los invitados podían buscar el sitio que los novios habían elegido para cada uno de ellos, estaba también inspirado en el estilo rústico presente durante toda la celebración. Sobre dos escaleras con brezos y flores colgamos cada una de las ilustraciones de las mesas con sus invitados, sobre una tela de arpillera.
Un imprescindible en nuestras bodas es el bodegón de jamón con cortador, pero en esta más todavía ya que los novios además del clásico de jamón quisieron uno de lomo y como en todo el resto de detalles tuvieron su aportación especial. En este caso quisieron que en cada uno de los bodegones pusiéramos unas botellitas con el aceite que ellos mismos producen.
Y para que nadie tuviera dudas ni se perdiera, en cada rincón pusimos flechas y carteles indicativos. Los bodegones, showcooking, el menú del cocktail, el carrito de quesos, el libro de firmas, photocol…. Todo estaba explicado y señalado!!!
Es verdad que este tipo de carteles y flechas además de quedar ideales y suponer un aporte decorativo, sirven para que los invitados estén en todo momento informados, más sobre todo en fincas tan grandes como El Cigarral.
Y tratándose de una boda con un estilo rústico tan claro, el carrito de quesos era imprescindible. Aunque esta vez tuvo un detalle especial, unos banderines y retales bordados por la madre de Begoña, quien estuvo implicada en toda la organización de la boda, ya que madre e hija son inseparables 😉
Como ves fue una boda en la que los novios se involucraron muchísimo y querían que su estilo y personalidad se viera reflejado en cada detalle. Y lo consiguieron!!
Crocanti de foie, conchitas de vieras gratinadas o brochetas de atún con germinados fueron algunos de los aperitivos pasados por nuestras doncellas y camareros.
Una de las cosas que más preocupaba a los novios y que más tiempo nos llevo fue la organización de la disposición de las mesas, ya que al ser al medio día y al elegir hacer la comida al aire libre había algunas zonas de sol en las que decidimos no poner mesas de invitados. En su lugar las sustituimos por mesas decoradas con elementos rústicos y de campo para salvar los espacios ¿Qué te parece la idea?
Antiguas cribas, lecheras, jaulas, sacos de cereales, trigo, maíz, piñas… Fueron algunos de los elementos que podías encontrar en nuestras particulares mesas rústicas.
Begoña quería en todo momento una boda colorida y alegre, por eso al final elegimos una combinación de manteles en verde lima, fucsia y verde musgo con nuestras sillas de hierro forjado.
Las minutas quedaron ideales, personalizadas con los mismos colores que los manteles y con los nombres de los protagonistas del día. Cada invitado podía ver en su puesto junto a su servilleta el menú que los novios habían elegido.
Después del cocktail en la plaza de la ermita, los invitados pasaron a la comida en el claustro. Una de las principales ventajas de esta finca es la gran diversidad de espacios de los que dispone para poder celebrar cada uno de los momentos de la boda.
El patio de los poetas, el mirador, el claustro, el salón, la arboleda, la plaza de la ermita, la discoteca… Cualquiera de ellos es perfecto, para disfrutar de ellos durante tu gran día.
El menú elegido por los novios, fue de primero un tartar de salmón con teja de quinoa y brotes floridos regado por una crema de queso. Como entre plato no podía faltar nuestra especialidad con la copita de milhojas de foie con manzana. De segundo se decidieron por un solomillo wellintong y para terminar otra de nuestras especialidades con la tarta árabe acompañada en esta ocasión por un sorbete de frambuesa.
A la hora del café y los licores, en lugar de servirlo en mesa decidimos montar puestecitos para que cada invitado decidiera que le apetecía más, si tomar una infusión, café, licor o empezar ya con las copas 😉
Tanto Begoña como Mariano tenían claro que querían un baile divertido y con ambiente distendido, por eso les aconsejamos que lo mejor para conseguirlo era montar el café en puestecitos y empezar antes con la barra libre y el baile.
La verdad que es una boda en la que no falto detalle, una de las cosas que más nos gusto fue el particular mercado de chucherías que junto a Begoña ideamos. En una carretilla de madera pusimos cajitas con chucherías de frutas, indicando cada tipo de chuche y precio con minipizarritas. Al lado, para recrear más aún la sensación de mercado, pusimos una balanza antigua y unas bolsitas de papel craft para que los invitados cogieran y pesaran su bolsita de chuches.
Y por si el «mercadillo de chuches» no fuera suficiente , todavía quedaban sorpresas! Nuestro palomitero con palomitas de maíz recién hechas o algodón de azúcar de colores. Tanto los niños, como los no tan niños estaban encantados 😛
Y para terminar la barra libre durante el baile y las copas también hubo detalles especiales, como la barra de ginebras premium con el escarchador de copas.
Bueno espero que nuestro pequeño viaje a lo largo de la boda de Begoña y Mariano os haya gustado. Desde El Laurel una vez más os damos la enhorabuena y os mandamos un abrazo enorme y nuestros mejores deseos, ya que os recordamos con muchísimo cariño. 😉