Tu boda tiene que ser un día perfecto y un recuerdo memorable, no solo para ti y tu pareja sino también para todos tus amigos y familiares.
Por esto, para que tus invitados se acuerden para siempre de tu boda, es imprescindible conseguir que lo pasen en grande, y para ello, resulta también imprescindible encontrar formas originales y divertidas de sorprenderles.
Hay que buscar más allá de los típicos espectáculos de animación para bodas, como por ejemplo poner un photocall, contratar a un humorista o, si la boda se alarga hasta la noche, amenizar la fiesta con fuegos artificiales, etc. Se trata de poner un poco de ingenio para celebrar una boda con personalidad y aumentar la diversión del personal. Y por esto, hay que ser detallista con todo lo que pueda verse u ocurrir en la boda, desde la decoración hasta los propios regalos para los invitados.
Si piensas un poco puedes, se te ocurrirán cosas sencillas pero resultonas que personifiquen tu boda y que a la vez sorprendan a todo el mundo. Aquí te dejamos algunas ideas, para ponértelo un poco más fácil:
- En vez de prepararte un baile o una coreografía de novios con tu pareja, algo que últimamente se ha convirtiendo en una parte imprescindible de la celebración, puedes optar por hacer a los invitados partícipes de algún desfile improvisado. Seguro que resulta menos aburrido para ellos.
- Ofrece a los invitados velas pequeñitas o incluso farolillos, y anímales a que las enciendan cuando entréis al restaurante, o bien en el momento de cortar la tarta, o si es el caso, cuando empecéis el baile de bodas. Así les harás más partícipes de vuestro momento, además de embellecer la escena y añadir un toque de magia a la boda.
- Otra opción divertida puede ser organizar algún tipo de sorteo, incluso un bingo o casino antes del postre o después de la comida, por ejemplo.
- Y esta última idea que te damos, quizá te parezca un poco alocada, pero sin duda resultará original e inolvidable. Se trata de preparar una falsa tarta de boda de cartóncubierta de nata, de forma que cuando esta tarta haga su aparición, caiga al suelo y se rompa en pedazos. Justo después de la sorpresa, cuando los invitados todavía estén con la boca abierta, es el momento ideal de sacar la tarta de verdad.