Si estás preparando tu boda, seguramente uno de los temas pendientes en tu lista es la alianza. El anillo de boda se conoce como alianza precisamente por la carga simbólica que tiene. El intercambio de alianzas representa el compromiso entre los esposos de aliarse de por vida. Hoy vamos a hablaros sobre las diferentes teorías del orígen de las alianzas de boda, un tema curioso y a la vez, romántico.
La incertidumbre del origen de las alianzas
En cuanto al origen de las alianzas, hay distintas teorías, todas ellas de lo más curiosas einteresantes.
Una hipótesis muy extendida afirma que las alianzas podrían tener su origen en la tradición judía, cuando los romanos utilizaban anillos para sellar cartas, de forma que el marido ofrecía su anillo a su esposa para sellar los cajones, armarios y demás mobiliario de la casa con las iniciales de su nombre, toda una muestra de confianza y promesa hacia su mujer, y un claro símbolo de ofrecimiento del matrimonio.
Sin embargo, también existen otras hipótesis menos románticas que afirman que, en los años de los bárbaros, se usaban grilletes o argollas para capturar a las mujeres de otros pueblos y convertirlas en sus esposas.
Hay otra teoría que sitúa el origen de las alianzas en el uso que hacían los egipcios de los anillos, quienes simbolizaban al amor como un círculo, ya que creían que éste no tenía principio ni fin y que además traspasaba la muerte para acompañar al ser amado en la otra vida.
Más adelante, los cristianos empezaron a gravar en el anillo el signo de la fe como señal de amor mutuo, y lo colocaban en el meñique de la mano izquierda, ya que era el que contenía una vena que llega hasta el corazón, que ellos denominaban “vena del amor”. En esa época las alianzas eran de hierro sin piedras añadidas, y no fue hasta el siglo II cuando se empezaron a fabricar los anillos de oro.
En cualquier caso, judíos, romanos, bárbaros, egipcios o cristianos, todos colaboraron en la creación de esta longeva tradición. La entrega del anillo de bodas es, por lo tanto, una de lastradiciones que más ha perdurado en la historia y que ha ido modificándose con el tiempo, tanto en el tipo de materiales utilizados para la fabricación del anillo, como por el dedo en el que se coloca.