Hace ya tiempo que conocemos la Finca Casa de Oficios pero, con la boda de Olga y José María pudimos, una vez más, disfrutar de una perspectiva diferente de este lugar. Cambio de ambiente, aires nuevos y una celebración por todo lo alto que reunía a invitados de todas partes del mundo. No podía ser menos con una pareja formada por rusa y español.
Las bodas internacionales son divertidas… y también un reto para la organización. Por eso queremos compartir contigo algunos detalles de ésta, que te pueden servir para planificar la tuya.
Bodas internacionales junto a la sierra madrileña
En mayo del año pasado tuvo lugar una de las bodas internacionales más bonitas que hemos visto. Olga y José María vinieron a buscarnos para que nos ocupáramos del menú en un día tan importante. Ellos tenían las cosas muy claras.
- Finca: Casa de Oficios. Les gustaba por su carácter, su estilo y las facilidades de personalización que, unidas a la versatilidad de los espacios, les podían dar todo el juego que necesitaban.
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- Wedding Planners: Iventique. Desde Barcelona llegaron estos organizadores de eventos que consiguieron, fieles a su lema, crear momentos felices, que se convirtieron en una sucesión a lo largo de un día irrepetible donde el desafío de una alta proporción de invitados que no hablaban español quedó superado y con nota.
Para Olga era importante contar con una boda llena de detalles. Tenía en mente algo muy especial y lo consiguió. Prueba de ello son momentos como:
- La ceremonia: la entrada de la novia con su ramo de BukkaFlores a la iglesia de Torrelaguna. Aunque la finca Casa de Oficios tiene muchas opciones de iglesias cercanas donde casarse, ésta es una de las mejores. Parece una catedral. Una arquitectura impresionante, en la que destaca la altura de la construcción y unas preciosas vidrieras que contrastaban con el color blanco del vestido de Olga.
- La degustación del menú de boda: tras conocer mejor a Olga y José María y sus gustos coincidimos en organizar un aperitivo con showcookings y una cena sentados. Del primero destacaríamos los bodegones y las paradas, que entusiasmaron a los amigos y familiares de los novios, sobre todo a los que venían de fuera (una opción a tener muy en cuenta para bodas internacionales); y del último la buena acogida que tuvo el gazpacho cremoso, uno de nuestros platos estrella, «typical spanish».
- La decoración: más personalizada imposible, puesto que de ella se encargaron los propios novios, con ayuda de su familia.
Olga quería que sus invitados estuvieran cómodos y que su gran día tuviera un toque español. A José María le hacía ilusión poner alguna nota rusa, para que todos conocieran el sabor auténtico del lugar de procedencia de la que ya es su mujer. Y yo creo que lo conseguimos!!
El día terminó con unos chupitos de vodka y recordándolos queremos brindar de nuevo por todos ellos. Chin chin por las bodas internacionales, por estos novios y por su familia, quienes nos ayudaron a coordinarlo todo, mientras ellos no estaban. ¡¡¡Muchas felicidades!!!