Hay bodas originales, bodas divertidas, bodas diferentes y hay bodas que no pueden explicarse con palabras, hay que vivirlas y estar allí para entender lo que significan.
Es el caso de la boda de Sonia y Jose en la finca Las Margas, una celebración en la que participamos con muchísimas ganas y que recordamos con cariño.
Todo empezó aquí, en El Laurel Catering. Natalia y Sandra son dos camareras que llevan mucho tiempo con nosotros. Las conocemos como “las peligros” (no hay que asustarse, estar cerca de ellas no tiene nada de arriesgado: el apodo les viene del apellido). Después de muchas celebraciones juntos nos dieron la buena noticia de que su padre había decidido casarse y ellas no dudaron en recomendarle nuestro catering…
Si a un equipo apasionado por la organización de bodas, comprometido con la innovación y que cree en lo que hace, le das la ocasión de encargarse de los detalles de la de alguien de la familia… el entusiasmo se multiplica.
Y llegó el día en que Sonia y Jose vinieron a conocer lo que hacíamos. Nuestras “peligros” ya les habían contado todo, pero, cuando pudieron comprobarlo con sus propios ojos y escucharon el plan que teníamos para hacer de su día inolvidable, les gustó lo que les ofrecimos y empezamos con los preparativos.
Después de buscar fincas para bodas, escogieron una en Segovia. La finca Las Margas fue el lugar elegido y supuso un acierto. Un espacio en el campo, que cuenta con un hotel ideal, con decoración exquisita, todo de Becara… sin duda, un lugar donde convertir en realidad cualquier sueño.
Las instalaciones de la finca hacen posible todo tipo de combinaciones y opciones para la organización del gran día. No falta de nada y, por eso, la ceremonia tuvo lugar allí mismo.
Una curiosidad, de ésas que nos encantan en El laurel, fue que, como Jose es bombero, a la salida le hicieron un paseíllo sus compañeros, gorro en mano!
Y del sí quiero, al cóctel. Este momento tan animado se celebró en la zona de la pajarera. Allí, el verde es el protagonista y, de todos los rincones de la finca Las Margas, seguramente éste es el que cuenta con mejores vistas.
Así, de unos espacios incomparables, de los que los novios aprovecharon la mayoría para dar a cada momento su identidad propia, a las notas destacadas de la decoración. Como el tema de la boda era la música, cada mesa era un vinilo. Sonia, que estaba en todos los detalles, tuvo la idea de que el protocolo también lo prepararan a juego.
Pero ninguno de estos elementos fueron los que mayor sorpresa causaron a los invitados al entrar al salón, donde degustarían el menú de boda. El instante cumbre fue la entrada del novio vestido de boxeador (un guiño a los gustos de la novia, que es una aficionada a este deporte y que fue un auténtico puntazo!!
Como siempre decimos, la boda es el momento de reflejar tu personalidad. Tienes que conocerte bien y plasmar tu idea de un día inolvidable en pequeños detalles. Sonia sólo tenía una cosa clara, que las flores fueran amarillas: y todo lo buscamos en función de ese color de flores. ¡La verdad es que el resultado fue espectacular!
Por último, cuando el día ya estaba bastante avanzado y la cena y el postre terminaron, llegó la hora de la barra libre. La novia y los amigos de Jose habían tenido la idea de personalizar nuestra barra de autobús como si fuera un coche de bomberos: ¿qué te parece el resultado? ¡Estaba genial!
Espero que te haya gustado esta boda y te haya permitido conocer mejor esta finca segoviana y nuestro trabajo.
No nos queremos despedir sin mandar un beso fuerte a esta familia tan especial!