Casarse en Madrid no es materia reservada para los residentes en la capital. La ciudad que nunca duerme es el escenario perfecto para una boda, si quieres que la tuya sea diferente.
Ventajas de casarse en Madrid
La accesibilidad y las múltiples opciones que tienes a tu alcance decidiéndote por celebrar tu boda en Madrid son las dos principales ventajas, así como:
– Buenas comunicaciones, por tierra y aire desde todos los puntos de España. Garantizan que tus invitados lo tendrán muy sencillo para llegar a destino a tiempo.
– Facilidad de encontrar alojamiento, con un amplio abanico de calidades, ubicaciones y precios donde elegir. Porque ya sabes que serán muchos los que aprovechen tu boda para hacer un poco de turismo, la excusa perfecta para una escapada a la capital.
– Mucho donde elegir. Bodas civiles, religiosas, bodas al aire libre, fincas para bodas: en Madridencontrarás el espacio perfecto para que tu boda ideal se haga realidad.
– Además del dónde, también el cómo y con quién: todas aquellas parejas que deciden casarse en Madrid pueden contar con el asesoramiento y los servicios de algunos de los profesionales más reputados del mundo de las bodas: wedding planners, fotógrafos y catering especialistas en bodas, estilistas, etc.
Cómo planear tu boda en Madrid
Si ya has decidido que vas a dar el sí quiero en la capital, ahora te falta lo más importante: ultimar todos los detalles y ponerte manos a la obra con los preparativos. En esta fase pre boda tienes que estar atenta a los plazos y encargarte de tramitar la documentación necesaria y concertar las citas para las contrataciones con la antelación suficiente.
Reservar el lugar donde quieres que tenga lugar la ceremonia, la finca para la celebración, el catering y el fotógrafo son tus primeras tareas. Vestido de novia, invitaciones y detalles para los asistentes, música y arreglos florales les seguirían. Ten en cuenta que casarse en Madridimplica comenzar a planear tu boda con al menos ocho meses de antelación, si quieres que todo salga como deseas.
Créditos fotográficos: Quinn Dombrowski y Katsu Nojiri