Es imposible borrar de la retina imágenes de algunas películas sobre el tema bodas con ramos de novia de rosas rojas como protagonistas. En los noventa nos hicieron soñar y a veces te imaginaste dando el sí quiero llevando un bouquet clásico pero renovado con ciertos detalles. Sin embargo, hoy, a las puertas del día más importante de tu vida ya no estás tan segura de que sean un acierto. Ramos de novia de rosas rojas, ¿sí o no?
Valorando los ramos de novia de rosas rojas como alternativa … y también otras posibilidades
Los ramos de novia de rosas rojas pueden hacer que la imagen de tu novio y tú parezca sacada de una postal de San Valentín. A algunos les gustará y a otros no. Eres tú quien debe decidir y tus preferencias son lo primero que debes tener en cuenta, ya que se trata de una elección muy personal.
Tampoco hay que olvidar que hay formas y formas de presentar los ramos de novia de rosas rojas. Desde luego, acompañarlos de paniculata en un formato tradicional estaría pasado de moda. Pero, si quieres que esta flor sea la protagonista de tu gran día, tienes otras opciones:
- Pedir a los floristas que se basen en esta variedad para crear un diseño geométrico, algo inesperado y muy dinámico, que aporte estilo y mucha personalidad a tu elección.
- Acompañar a las rosas de otros tipos de flor, sin que ninguna destaque especialmente por su cantidad.
- Combinar los ramos de novia de rosas rojas con rosas pero de otros tonos y variedades.
Precisamente en cuanto a la gama de colores, debes tener en cuenta que las tendencias para este año son muy claras y Pantone confirmaba hace meses que los tonos estrella serían el rosa cuarzo y el rojo marsala. Uno mucho más pálido que el típico rojo, y otro con tintes más similares al burdeos. Quizás podrías adaptar un poco la idea que ya tenías a estas tonalidades más actuales.
Sin embargo, si te han entrado las dudas con respecto a los ramos de novia de rosas rojas, siempre puedes mantener el color de base, cuando lo que buscas es el contraste con el vestido que llevarás el día de tu boda; y variar el tipo de flor. Para hacerlo, ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
- No arriesgues con un cambio radical y repentino. Si siempre te han gustado las rosas rojas y querías casarte con un ramo así, a los primeros signos de duda evita ir al polo opuesto y decantarte por flores silvestres o girasoles. Puede que, buscando adaptarte a una moda pasajera, termines dándote cuenta de que no eres tú misma, y el día de tu boda has de sentirte cómoda en todo momento.
- Si estás decidida a cambiar el tipo de flor, busca algo en la misma línea. una flor frondosa, con multitud de pétalos, delicada pero fresca. Por ejemplo, las peonias o los ranúnculos podrían dar muy buen resultado.