Después de este pequeño «break» con las vacaciones de Semana Santa ¿qué tal se presenta la vuelta? Nosotros ya despegamos con la próxima temporada de bodas, aunque durante el invierno hemos tenido algunas, es ahora cuando realmente empieza y no terminará hasta octubre.
Antes de empezar con las bodas de primavera y verano, quiero enseñaros una de las bodas que hemos celebrado este invierno. Hace un mes, organizamos esta preciosa boda en el Palacio de Hoyuelos, en Segovia.
Los novios y los familiares y amigos más cercanos, llegarón el viernes por la noche y estuvieron hasta el domingo en este espectacular palacete del SXVI.
Días antes de la boda, he de confesar que no parabamos de mirar el parte de meteorología… Los novios tenian muchísima ilusión en poder disfrutar del jardín en algún momento de la celebración, pero las nevadas y las bajas temperaturas de febrero no nos aseguraban nada. Finalmente el día no pudo ser mejor, hacia sol y pudimos montar mesas para el recibimiento de los invitados, el cocktail incluso pudieron disfrutar de la primera copa en los jardines, aquellos que así lo quisieron.
Las mantelerías elegidas fueron lisas en tono caldero para el exterior, mientras que en el interior alternamos manteles de flores en tonos mostaza y naranjas con los lisos en color caldero del jardín.
Búcaro se encargó de las flores, y dado el estilo sencillo y campestre de la boda, los colores y llamativos estampados de las mantelererías, la paniculata fue la flor que finalmente se eligió.
¿Qué os parecen estos centros de mesa en los que utilizaron como base de velas redondas en lugar de los habituales jarrones?
Los novios María Rosa y Alvaro, querían una celebración sencilla y con ambiente distentido, por eso eligieron una boda tipo cocktail, con aperitivos y bodegones durante toda la comida y la cena.
Los invitados podían elegir en qué lugar les apetecía más estar durante la celebración, el salón, el patio o el jardín. Gracias al buen tiempo que ese día hizo, muchos de los invitados pasaron la mayor parte de la boda en los jardines., disfrutando de esos rayos de sol que pocas veces se ven en los meses de invierno y tanto se agradecen.
Alvaro, el novio amante de los vinos a la hora de elegir qué vino le apetecía más para este día tan especial no sabia por cuál de todos decidirse, así que le propusimos montar una barra de vinos de las distintas regiones de España, para que cada invitado elegiera el que le gustara más.
¿Qué os parece como quedó la barra de vinos? Los invitados podían leer en una pizarra los distintos vinos que se ofrecian y así escoger el que más les apetecía en cada momento.
L’artelier se encargo de toda la organización de la boda, decoración y montaje. Juntos, una vez más hicimos equipo para la organización de uno de los días más importante en la vida de una persona. Ellos se ocuparon de cada detalle a nivel decoración y organización mientras que nosotros nos ocupamos de hacer que los invitados disfrutasen del mejor servicio con aperitivos y bodegones deliciosos y llenos de detalles.
Carteles y decoraciones adornaban cada rincón de la finca. Para que los invitados no se perdisen y supieran dónde ir en cada momento L’artelier, colgo estas divertidas flechas con mensajes indicando el camino a cada una de las estancias de las que se podía disfrutar.
En las bodas tipo cocktail una de las cosas que más nos gusta y a la vez preocupa, es el montaje de nuestros bodegones. Estos suponen un refuerzo a la comida que se dará a los invitados, además de proporcionar una decoración muy especial.
¿Hay algo más típico de nuestra gastronomia, que el jamón? No lo creo! por eso un bodegón que nunca puede faltar es el de jamón. En esta ocasión los novios quisieron un bodegón de productos ibericos, con jamón, salchichón, lomo y chorizo. Panecillos de distintos tipos, picos, regañas, túmaca…fueron el acompañamiento perfecto.
Otra cosa que Alvaro nos dijo que no podía faltar era nuestro bodegón de foie, ya que lo habia probado en otras celebraciones y le había encantado. En esta ocasión decidimos darle un aire rústico montandólo sobre esta alacena, para que al igual que en el resto de la boda estuviera presente este estilo de campo.
El bodegón de quesos fué elección de María Rosa, la novia. Dentro de queseras de cristal, distintos tipos de quesos acompañados de tostaditas, membrillo, mermeladas… encanto a todos los invitados.
Este bodegón junto con el de jamón pudo ser disfrutado por los invitados durante todo el día desde la comida hasta la cena, ya que los camareros estaban continuamente reponiéndolo.
Los camareros y doncellas, ofrecieron los aperitivos a los invitados durante toda la comida. Mientras que la cena fué servida tipo buffet con bodegones calientes, en los que los invitados se servían ayudados por camareros lo que más les apetecía.
Durante la comida fueron los bodegones fríos de foie, jamón y queso, los escogidos como refuerzo. Sin embargo, la cena fue con bodegones calientes de arroces, y argentino. Mientras se mantuvieron durante todo el día el de ibéricos y el de quesos, ya que son dos cosas que apetecen en cualquier momento.
Al ser una celebración durante todo el día con comida y cena, ya que tanto los novios como muchos de los familiares y amigos se quedaban a dormir en el Palacio, decidimos montar una barra de cafés desde que terminó la comida, para que invitados pudierán coger fuerzas para seguir con la celebración, en cualquier momento.
El bodegón de chucherías es ya uno de nuestros clásicos. Disfrutar de los dulces y chucherías a la vez que tomas una copa, es una de las cosas que más apetece durante la barra libre. Son pocas las bodas que no lo eligen.
Espero que el post de hoy os haya gustado, como podéis ver las bodas de invierno pueden tener también mucho encanto.